ORDENAR NUESTRA ESFERA JURÍDICA: FUENTE DE ALEGRÍA (II)

Tratamos en esta entrada, dividida en tres partes, del orden de derechos y documentos. Para ello, seguimos los pasos de Kondō Marie. De cualquier modo, quizá sean útiles muchos otros enfoques, caminos o excusas que nos lleven a pensar y prestar atención a nuestros derechos, a nuestrs obligaciones y la documentación relativa a los mismos: a ordenar nuestra esfera jurídica.

LOS PASOS BÁSICOS PARA ODENAR NUESTRA ESFERA JURÍDICA, UNA VEZ ELEGIDO NUESTRO KURASHI IDEAL

  1. Reunir todos los títulos, documentos, etc. que recojan nuestros derechos, deudas, garantías, identidad, capacitación profesional, etc.

Trate de reunir (mejor los documentos físicamente; pero al menos sobre un papel o en un documento de texto o una hoja de cálculo) los derechos y deberes que tiene: vivienda (contrato de arrendamiento o escrituras), automóvil, seguros, deudas y pagos parciales de las mismas, certificados o resguardos de inversiones, avales y fianzas otorgados o recibidos, etc.

Si son demasiados elementos, clasificar por subcategorías, empezando por la que nos parezca más fácil y terminando por la más difícil. Entre las más difíciles deberían estar el tipo de documentos de mayor valor y los que puedan tener un contenido sentimental.

  1. Desechar lo que ya no sirve, agradeciendo la utilidad que nos han dado.

Algunos de estos derechos o deberes ya no estarán en vigor, esto es, habrá bienes que se han vendido o deudas que se han cobrado, etc. y, tras el tiempo que sea necesario guardar los documentos por motivos fiscales, podrán ser desechados.

Otros, habrá que renovarlos.

En esto de ordenar nuestra esfera jurídica, los juristas, somos más de guardar que de tirar: he visto a la Administración devolver una tasa de riego de 17 años de antigüedad. Y utilizar una carta de más de 30 años relativa a la apertura de un comercio para apoyar su “reapertura”. Por ello, no me atrevería a dar ningún consejo sin conocer el caso concreto, salvo el de conocer y cumplir las normativas legales e ir un poco más allá.  Esto es, algo así como dice el Cantar de Mío Cid: “Tú me destierras por uno; yo me destierro por cuatro”.

En general, conviene conservar durante más tiempo los documentos relativos a inmuebles. Por poner un ejemplo, en nuestro Derecho, la usucapión (adquisición de una propiedad o de un derecho real mediante su ejercicio en las condiciones y durante el tiempo previsto por la ley) de inmuebles se puede producir hasta tras treinta años con determinados requisitos y la de muebles, hasta tras solo seis años.

Cuando algo ya no nos aporta alegría por habernos dejado de ser útil, es buena idea, según Kondō Marie, agradecerle la utilidad o los servicios prestados, antes de deshacernos de ello. Esto es algo que creo que tiene su origen en el budismo zen. Tal vez, un paralelismo, aunque desde una visión diferente de la realidad, lo podríamos encontrar en el “Cántico de las criaturas”, donde San Francisco de Asís alaba y agradece a Dios por la aportación a nuestra felicidad de todas las cosas creadas, a las que llama nuestras “hermanas”.

En general, es bueno estar agradecidos muchas cosas que hemos recibido y recibimos en la vida. No lo sería tanto, por una cuestión de justicia, que también, sino porque, de alguna forma, esa actitud nos ayuda a valorar nuestra realidad y, de esa forma, nos enseña a adoptar decisiones mejores en el futuro, respecto de las cosas y de las personas.

 

  1. Mete en una bolsa lo que se pueda reciclar y dónalo.

Aquí, confieso que no veo un buen paralelismo, entre lo que podríamos hacer para ordenar nuestra esfera jurídica y las ideas de Kondō Marie.

Pero es verdad que, hay veces que, si vendemos algo, la tributación y los gastos de la operación hace que no sea rentable hacerlo. Y, sin embargo, donar ese bien a una oenegé o al propio Ayuntamiento, a lo mejor es factible, y puede que, por tratarse de una entidad sin ánimo de lucro, no nos genere incrementos patrimoniales ni renta y esa entidad puede obtener cierto beneficio porque: o bien no tributa, o bien la operación para ella no supone tantos gastos o no supone ninguno.

Por otra parte, es cierto que con nuestras bolsas de papeles inútiles se podrá contribuir al reciclaje.

 

  1. Con el resto, hazte la pregunta: ¿Esto me hace feliz? ¿Me trae buenos recuerdos? Cuando contestes que “No” vuelve a los pasos 2 ó 3.

Cuando hablamos algo que no es de nuestra vida individual, sino de algo social, como el Derecho y lo jurídico, la forma de Kondō Marie de coger un objeto entre las manos y sentir si nos aporta alegría, no puede hacerse de un modo literal.

En general lo que acredita o respalda nuestros derechos, deudas, garantías y bienes lo guardamos bien, porque:

  • Tiene utilidad y nos ayudan a desempeñar nuestra vida o trabajo con tranquilidad en el presente
  • O pensamos que nos aportará esas mismas cosas en el futuro.

Y esa utilidad o tranquilidad que nos aporta, nos ayudará a desarrollar una vida que tendrá más alegría o felicidad que si no los guardamos.

Ordenar nuestra esfera jurídica: la satisfacción del trabajo bien hecho y el ahorro del tiempo para encontrar y guardar documentación.

La documentación en orden ahorra preocupaciones, dinero y tiempo.

  1. Cuando tengas claro qué documentos te quedas pasamos a la siguiente fase: guardarlos ordenados.

Ordenar nuestra esfera jurídica en el presente.

Los derechos, obligaciones y garantías.

En el presente, tenemos que tener los contratos firmados. Nuestros contratos de arrendamiento, de trabajo, de préstamo. Todos, debidamente hechos y a ser posible revisados por un profesional de confianza (un abogado, un trabajador social, un asesor fiscal…).

En las empresas, además de los contratos, todos los deberes contables, laborales, mercantiles, etc., deben estar al día.

Los contratos relativos a los bienes importantes, escriturados ante Notario. Las escrituras, registradas en el Registro de la Propiedad. Si el bien no consta en el Registro de la Propiedad, también puede darse de alta en el mismo (inmatriculación). El automóvil y su seguro, a nuestro nombre o de los titulares que correspondan. Lo mismo con los contratos de suministro, etc., en la medida de lo posible.

Las obligaciones fiscales y de cualquier otro tipo, cumplidas. Los derechos, ejercitados, para que no prescriban. Y de aquellas obligaciones o derechos más importantes, archivado un documento u otro tipo de prueba que pueda acreditar ese cumplimiento, crédito a nuestro favor o del ejercicio de ese derecho.

Los documentos que los acreditan.

Y todo ello debería de estar bien guardado y localizado. Con un lugar adecuado para cada cosa Y tener unas fotocopias en un lugar distinto, (o una copia informática en la nube). En cuanto a la clasificación y orden de los documentos, se suele abogar por la vertical. (Existe un pequeño grupo de personas, de los que trata el libro “La procrastinación eficiente”, de John Perry, que tienen más alegría y eficacia organizando en horizontal. Pero, salvo que esté seguro de estar en esa minoría, es más aconsejable la otra forma de hacerlo).

Ordenar nuestra esfera jurídica en el futuro.

Ayuda mucho imaginar la vida dentro de diez, de veinte años. Y, dentro de esa proyección, es útil tratar de concretar lo que respecta a nuestros bienes, derechos y deberes en esa altura de nuestra vida.

En cuanto a la recta final de nuestra carrera, realmente solo Dios sabe cuándo será. Pero hay varias cosas que podemos hacer: otorgar testamento y realizar un poder preventivo para el caso en que en un futuro necesitemos apoyos a nuestra capacidad, realizar un testamento vital y, antes de eso, si estamos a tiempo, calcular la cuantía aproximada de nuestra pensión y ver si podemos hacer algo al respecto.

Hay muchas otras cosas que se pueden hacer para estos casos, como nombrar un contacto legado en Facebook que administre nuestro perfil conmemorativo, etc.

 

La incertidumbre del futuro y lo jurídico.

El hecho de que no se pueda prever el futuro, determina, en el mundo jurídico, que debamos tener cierto sesgo “conservador” cuando nos deshacemos de documentos y cierto sesgo “innovador” al analizar las posibilidades de qué puede afectarnos dentro de unos años.

Es decir, al pensar en el futuro, no sólo tenemos que pensar en lo que deseamos, ni sólo analizar los escenarios probables, sino también algunos improbables, (con sentido común, pues son infinitos) y, entre ellos, pensar en los escenarios peores.

¿Qué podría pasar si no tenemos tal derecho, si no podemos acreditar haber pagado tal deuda, si nuestra contraparte nos engaña,  si fallecemos en un accidente de tráfico, si se queman nuestras pertenencias, si quebramos, etc? No por ser pesimistas; sino por estar preparados o, al menos, que no nos pille de sorpresa.

Ordenar nuestra esfera jurídica quizá tenga un resultado invisible

El verdadero orden casi es invisible. Llama mucha más la atención lo desordenado, lo que no está en armonía.

El orden invisible. Un fatal sesgo de apreciación por parte del cliente.

Lo contrario de la falsa apariencia de orden es, paradójicamente, la invisible verdadera existencia del mismo.

Decía Santa Edith Stein, de los buenos traductores, que debían ser como los cristales: dejar pasar toda la luz, sin ser ellos vistos. A veces sucede esto con buen orden en la esfera jurídica o con el trabajo de un buen Abogado: no se los ve. No hay problemas; todo se encuentra cuando es necesario; si hay una reclamación, no se llega a juicio, porque podemos aportar las pruebas necesarias con anterioridad y de contrario se convencen que no tienen nada que hacer.

Pues bien, eso, como no se ve, no se tiende a valorar. Es lo mismo que sucede también con muchos buenos cocineros domésticos: la familia se queja mucho más de la comida que sale mal, y deja de aplaudir, por lo general, los miles de platos que han salido bien.

Y esto es un sesgo fatal: las personas estiman más adecuado pagar elevados honorarios a un Abogado por su actuación en un juicio con muchos puntos en contra, que, por el asesoramiento, regular, callado y más económico, que hace que nunca se vaya a juicio por no existir casi nada en contra, debido a su labor. No es una queja, pasa en todas las esferas de la vida; pero teníamos que reseñarlo en algún punto de esta entrada o “post”.

 

Lo que está fuera de casa o de la empresa. Archivos digitales, programas informáticos, marca personal, tokens, metaverso…

Cada vez tenemos más pertenencias fuera de nuestra casa o de nuestra empresa. No las tenemos en nuestro poder. Antes era un depósito bancario, la fianza de un alquiler. Ahora hay muchos derechos, documentos e información nuestra que están custodiados en servidores informáticos ajenos. En la medida de lo posible, esa esfera, como perteneciente a nosotros, también tiene que estar ordenada.

Es habitual que las empresas se planteen trabajar con cloud computing (con programas informáticos que están fuera de los ordenadores de la empresa), en lugar de on premises (con programas informáticos que se ejecutan en los ordenadores de la empresa).

Igualmente, cada vez todas las personas, físicas y jurídicas tienen más datos desperdigados por servidores de todo el mundo, bien sea conscientemente, a través Google Drive, Dropbox, OneDrive, etc., bien porque han sido recolectados por empresas que, más o menos legalmente, según los casos, comercian con ellos o los utilizan de alguna forma.

Normalmente, los títulos valores que representan cualquier valor financiero y también las criptomonedas están depositadas fuera de nuestro ámbito personal o empresarial, en anotaciones en cuenta o en registros distribuidos (distributed ledger).

Todas estos archivos o programas pueden sufrir accesos indebidos de diversa gravedad.

Otras veces, son aparatos de cierto nivel tecnológico, como cámaras, que adquirimos, y a través de la wifi acceden a internet y comunican datos con servidores que están fuera de la Unión Europea o datos que facilitamos al adquirir algún producto o navegar por alguna web. En general, lo recomendable es utilizar proveedores fiables y seguir las prácticas recomendadas por los fabricantes y los organismos oficiales.

Últimamente, se ha incorporado a este mundo de fuera de casa, la inteligencia artificial. En muchos sitios, como, por ejemplo, en el ámbito de la creación artística y literaria ya se está hablando con qué derecho o autorización la inteligencia artificial está utilizando como materia prima sus datos.

También está nuestra intervención en las redes sociales. Todo está “fuera”, o bien, podemos considerarlo nuestra casita digital en el multiverso virtual. ¿Cómo debe de comportarse nuestro avatar? ¿Qué derechos tiene? ¿Hasta qué punto soy yo mismo?

Por otra parte, dentro de nuestro patrimonio está nuestra marca personal. Buscar de vez en cuando nuestro NIF o nuestro nombre por internet nos puede dar una idea de lo que aparece cuando la gente nos busca. También podemos combinar la búsqueda con palabras “feas” o “bonitas”, como sanción, infracción, queja, malo, delito, fraude, referente, influencer, experto, profesional, etc. Muchas veces será conveniente saber que tenemos un derecho al olvido y ejercerlo.

La realidad es muy variada según cada persona física y cada empresa o entidad. Y las tecnologías están en continua evolución. Pero, en cada caso, un Abogado puede ayudarle, por una parte, a adoptar las prácticas preventivas razonables, poniendo orden en ese mundo virtual y, también, por otra, en el caso de encontrar algo injusto o que no nos guste, tendremos que tratar de ponerle remedio.

Orden en la esfera jurídica: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

Orden en la esfera jurídica: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

CONCLUSIÓN: ORDENAR NUESTRA ESFERA JURÍDICA

Esperamos haber aclarado algo acerca de cómo ordenar nuestra esfera jurídica.

El que se traten muchas cosas no debe desincentivar que cada uno haga un esfuerzo por lograr ese orden con paciencia. Lo ideal es hacerlo en poco tiempo; pero si no se puede, poco a poco, sin abandonar el propósito y con una fecha tope. Seguro que merecerá la pena y probablemente conseguirá paz, tranquilidad y, tal vez, alegría.

En la tercera parte de esta entrada, que se publicará próximamente, pondremos un anexo con un conjunto de documentos que pueden servir para contrastar con lo que tenemos guardado. En una entrada posterior esperamos poder exponer lo relativo a cuál debe ser nuestro comportamiento el ámbito jurídico

Abogados Afg

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