Duna y Daniel 

Duna estaba recuperando un tipo de queso tradicional de su pueblo. La dureza del campo había hecho que los campesinos fueran cada vez menos y más mayores, y ya no subieran a los montes más altos. En esas cumbres, estaba uno de los secretos del queso. Las plantas, la mezcla de hierbas que crecían en las sierras aquellas eran únicas y daban un sabor que era muy apreciado en los amantes de la comida gourmet.

Para subir las vacas, Duna quería llevarlas por el camino antiguo. De hecho, lo comenzó a hacer. Pero a las pocas semanas se encontró una valla a medio camino que no le permitía seguir adelante. Fue a hablar con el dueño, Daniel, un joven que quería hacer un nuevo de tipo de sidra mezclando tipos de manzana no tan habituales, quien le dijo que las vacas estaban estropeando su finca y que no la dejaba pasar. Que allí no había camino desde hace muchos años; que ya no existía.

Duna habló con los ganaderos más antiguos del lugar y le dijeron que ellos, hacía no más de 18 años habían pasado por allí. Lo sabían con tanta seguridad por el episodio de una vaca que se escapó y estuvieron buscando mucho tiempo, hasta que la encontraron, precisamente, en la finca que ahora estaba vallada. Decían que ese camino era una servidumbre de paso que tenían a su favor para acceder a las tierras más altas, sobre las que tenían los habitantes del pueblo un derecho de aprovechamiento de pastos. Dicho camino discurre a través de una serie de fincas, desde el pueblo hasta los esos prados. Pero luego hubo una crisis de la ganadería y desapareció la quesería de la zona,  por lo que dejaron de subir a aquellos pastos y el camino fue estropeándose.

Duna acude a nosotros para ver si tiene derecho de paso y cómo ejercitarlo y, si puede quitar ella misma los alambres que cierran el camino, o no.

(*) Los ejemplos con que se da una idea de los diferentes servicios son meramente ilustrativos y sus situaciones, resultados y personajes son ficticios. Cualquier parecido con una persona real es pura coincidencia.